Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

1997: Rescate en Nueva York (1981, John Carpenter) Escape from New York





Año 1997. El avión del presidente de los Estados Unidos es secuestrado por un grupo radical, pero consigue sobrevivir y se encuentra solo en las calles de Nueva York, donde Manhattan se ha convertido en una enorme prisión de alta seguridad. Ante la imposibilidad de lanzar una acción convencional, por miedo a que maten al presidente, se decide enviar a un agente secreto para rescatarlo. El elegido es "Serpiente" Plissken (Kurt Russell), un conocido convicto al que todos daban por muerto. (http://www.filmaffinity.com/es/film409098.html)

¿Tú eres Plissken , "El Serpiente"? Creía que estabas muerto.

A principios de los ochenta, después de haber rodado Halloween (1978), una de las películas más rentables de todos los tiempos, Carpenter y Debra Hill firmaron un contrato por dos películas con la productora Avco-Embassy. La primera fue La Niebla (1980), la segunda iba a ser El Experimento Philadelphia (que él mismo produciría en 1984), pero por problemas relativos al guión Carpenter propuso un proyecto que había escrito años atrás y que no era otro que 1997: Rescate en Nueva York. La idea se le ocurrió en 1976 tras el escándalo Watergate, pero también tomó inspiración en la película El justiciero de la ciudad (1974), sobre todo en lo referente a la concepción de la ciudad como un jungla. La reescritura del guión  la hizo junto a su amigo y compañero de universidad, Nick Castle (también es el hombre que se esconde tras la máscara de Myers en Halloween). Así, aprovechando el éxito de Halloween y de La Niebla, Carpenter por fin pudo dirigir la idea que le habían rechazado tantas veces durante los setenta.

Lo primero que destaca en 1997 es el personaje de Snake Plissken. El antihéroe carpenteriano por excelencia. Un tipo duro, cínico, misántropo, macarra e individualista, ataviado con una chupa de cuero, melenilla y parche en el ojo, magistralmente interpretado por Kurt Russell. Llama inmediatamente la atención el cambio de registro de un Russell que era conocido por su actuación en papeles cómicos y en películas de la Disney, sin embargo encajó en el personaje como un guante. La productora había propuesto a Charles Bronson y a Tommy Lee Jones, pero Carpenter confió en Russell, con quien ya había trabajado en el biopic Elvis (1979) - y con quien repetiría en La Cosa (1982), Golpe en la Pequeña China (1986) y en 2013: Rescate en L.A (1996) -. Russell se sometió a una dieta estricta y a un duro entrenamiento físico para encarnar al ex teniente de las Fuerzas Especiales, a quien él mismo definiría como una mezcla de Bruce Lee y El Exterminador (1980, James Glickenhaus) - en el estilo de lucha -, Darth Vader y la afonía de Clint Eastwood. Total, lo que resulta es un personaje icónico y con una gran presencia que dota de mucha fuerza a la película. Snake Plissken es un mito viviente, cuyo carácter legendario es confirmado por la frase tantas veces repetida de la boca de varios presos: "Creía que estabas muerto". Sin embargo, Carpenter parece querer recalcar la humanidad que se esconde tras esa fachada hermética e implacable, y es por eso que le hace sangrar, flechazo en pierna mediante, durante el último tercio, el cual se pasará cojeando.



 Todos sabemos lo buen narrador que es Carpenter, así que en este aspecto no voy a detenerme para repetir lo obvio. Sí añadir que su típico montaje paralelo (hablé de ello en el comentario de La Niebla) apenas tiene cabida aquí. Se trata de una narración lineal y directa, tanto como la propia historia: Plissken es reclutado a la fuerza por el jefe de policía para rescatar al presidente de los Estados Unidos, quien, tras sufrir un atentado terrorista a bordo del Air Force One, es secuestrado por los reclusos de una mega cárcel; Manhattan. Como veis, no hay mayor complicación, y lo que se narra es el periplo de Snake para rescatar al presidente, sin excesos visuales, ni de efectos especiales, sino de forma cruda y directa. Pero lo que Carpenter nos muestra, y que supuso un adelanto en su época - aunque algo tendrá que decir George Miller y su Mad Max - es una oscura distopía que nos desvela un estado policial total en guerra contra Rusia (la Tercera Guerra Mundial) y un presidente patético que pese a haber sufrido todo tipo de vejaciones durante su cautiverio, mostrará su verdadera cara al encontrarse en libertad. Plissken, otra vez Plissken, es el símbolo del hastío y el descontento social (¿os suena de algo?), y su indiferencia, ante la sociedad, ante su presidente, es tal que únicamente actúa por simple y pura supervivencia; la suya. Un ejemplo extremo de su actitud es cuando observa cómo unos hombres abusan de una mujer y sin mediar palabra continúa su camino. 

Pero no sólo de Snake Plissken vive 1997: Rescate en Nueva York. Otros personajes que habitan en esa selva urbana son El Duque (Isaac Hayes), jefe de la tribu presidiaria; el presidente de los Estados Unidos (Donald Pleasence); Buddie (Ernest Borgine) el taxista; Rehme (Tom Atkins); Cerebro (Harry Dean Stanton) y su pareja Maggie (Adrienne Barbeau); y el jefe de policía Hauk, interpretado por el mítico Lee Van Cleef, actor de presencia imponente y mirada gélida, auténtico mito del western por el que Carpenter muestra predilección y cuya incursión supone un nuevo guiño al género. Todos estos personajes comparten con Plissken su individualismo feroz y que sólo actúan para lograr su propio beneficio. Sin duda, una desoladora mirada. Carpenter no salva a nadie: ni al presidente, ni a la policía, ni al propio héroe; el microcosmos carcelario sólo es un reflejo de lo que hay detrás de sus muros: una sociedad podrida dominada por un aparato estatal represor.



Pero el verdadero protagonista de la película es el ambiente apocalíptico, otra vez la atmósfera, que Carpenter logra transmitir en su recreación de Manhattan. En este aspecto ayuda mucho la localización de East St Louis (Illinois), ciudad que había sufrido un gran incendio en 1976 resultando vecindarios enteros quemados, pero también el hecho de que la acción transcurra de noche y sin apenas luz eléctrica, potenciando la sensación de oscuridad, suciedad, fealdad y decadencia, que contrasta con la iluminación y la alta tecnología que podemos ver en la estación de policía. En este aspecto mucho tendría que ver el encargado del diseño de producción, Joe Alves. También destaca la fotografía de Dean Cundey y la música, como no , compuesta por el propio Carpenter y Alan Howarth. En el aspecto técnico señalar el empleo de Steadicam y del Scop. Como curiosidad señalar que James Cameron trabajó en el equipo de fectos visuales y que la voz femenina del ordenador es la de la propia Debra Hill.


Tras los éxitos de Halloween y La Niebla, con 1997: Rescate en Nueva York, Carpenter afianzó la estela del éxito, y su fama, tanto por la calidad como por la rentabilidad de sus obras, quedó bien consolidada; en este caso más de 25 millones de beneficios con 6 de presupuesto. Una cifra impresionante para una película que bebe de la serie B, el western, la ciencia ficción, la estética cómic, el cine postapocalíptico, y por supuesto la acción.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA

Ficha técnica y artística

TRAILER


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