Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Loca academia de policía 2: Su primera misión (1985, Jerry Paris) Police Academy 2: Their First Assignment


Mahoney y sus amigos se han graduado ya en la academia de policía y se les asigna su primera misión. ¿Estarán preparados para enfrentarse a una peligrosa banda callejera de gamberros? (http://www.filmaffinity.com/es/film207548.html)


Tras el éxito de Loca academia de policía (1984, Hugh Wilson) la secuela no se hizo esperar. En esta ocasión dirige el ya difunto Jerry Paris ( quien repitió en la tercera parte y tenía en su haber una extensa carrera como director en la televisión), el guión corre a cargo de Barry W. Blaustein conjuntamente con David Sheffield (coincidirían de nuevo en El príncipe de Zamunda y en El profesor chiflado) y la característica música sería otra vez obra de Robert Folk (en realidad toda la música de la saga corre a cargo de Folk). 

Las principales novedades de esta secuela - pese a que el tono humorístico en clave de situaciones o gags es muy similar al de la primera - son que nuestros otrora reclutas son ya policías hechos y derechos que se enfrentarán a su primera misión (con lo que la acción ya no estará ubicada dentro de la academia). Como consecuencia de esto se produce otra novedad que es la presentación de nuevos personajes que no sólo cobrarán protagonismo en esta parte, sino que harán lo propio en sucesivas mientras que otros desaparecerán (en algún caso para siempre y en notros para regresar).


El distrito 16 es el peor de la ciudad desde que es asolado por una banda de delincuentes. El capitán Pete Lassard (Howard Hesseman) pide ayuda a su hermano Eric (George Gaynes) y este le envía a seis de sus recién graduados de su última promoción. Así Mahoney, Jones, Tackleberry, Hightower, Hooks y Douglas Fackler llegan al distrito 16 para encarar su nueva y peligrosa misión. Pero no sólo tendrán que plantar cara a la panda de desquiciados quinquis liderados por Zed (Bobcat Goldthwait), sino que habrán que lidiar con un desalmado y rastrero teniente Mauser (Art Metrano) que hará todo lo posible por hacerles fracasar con tal de lograr su ascenso y que contará con la ayuda de su imbécil lacayo, el sargento Proctor (Lance Kinsey). 



En esta nueva entrega, tan alocada como la primera, destacaría a Zed como desquiciado líder pandillero instigador de las más disparatadas situaciones, al miedoso tendero atemorizado por Zed del que desconocemos su nombre (hasta una tercera entrega en la que ambos se reencontrarán en el lugar más inesperado) y al arribista teniente Mauser, que no saldrá indemne de su intento de hacer la vida imposible a nuestros queridos policías. También seremos testigos del primer y gran amor de Tackleberry, una compañera motorista tan obsesionada por las armas como él y cuya familia lo dejará a la altura de una hermanita de la caridad.  Mahoney seguirá en su línea y  Jones, aparte de su retahíla de ruidos vocales,  nos ofrecerá su conocimiento de artes marciales a lo Bruce Lee.

En definitiva, una secuela que me resulta más divertida que la primera y que marcaría la línea a seguir en la tercera parte.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA

Juego diabólico (1986, Kevin Tenney) Witchboard



Jim y Linda, decididos a vivir juntos, se mudan a una mansión victoriana en el pequeño pueblo de Fairfield. Para celebrar su nuevo hogar dan una fiesta en el transcurso de la cual Brandon introduce a todos los invitados en el juego de la "Ouija". Tras contactar con el espíritu del pequeño David, Linda (diabólicamente obsesionada con el juego) empieza a jugar sola con el tablero y empieza a distanciarse de Jim... (http://www.filmaffinity.com/es/film940973.html)
 Película de terror de bajo presupuesto que supuso el debut de Kevin Tenney como director. Quizás no os suene el nombre, pero seguro que diciendo que también dirigió La noche de los demonios (1988) ya entráis en materia. Los protagonistas son Todd Allen (Máscara, Mensajero del futuro, Django desencadenado), Stephen Nichols , conocido sobre todo en el mundo de las series de televisión (Santa Bárbara, Melrose Place) y la (por entonces) preciosa y ahora malograda Tawny Kitaen (Despedida de soltero, Santa Bárbara).


De entrada, lo más reseñable es el hecho de ser una de las primeras películas en centrar su trama alrededor de la famosa tabla a través de la cual, supuestamente,  se podría contactar con seres espirituales y demás parafernalia. Pero, si bien en conjunto resulta una película aceptable, con buenos momentos, como las muertes (¡ay sadiquillos míos!) ,o algunas escenas que coquetean con lo terrorífico y lo divertido- con el añadido de los lustrosos flashes de estética ochentera que emanan sus personajes (tremenda la medium, Zarabeth) y algunas situaciones entrañables vistas hoy día - como película de terror la encuentro flojilla. 





Las actuaciones son bastante malas, el guión justito, y carece de una atmósfera propicia al género que representa., recordándome, en determinados momentos, por el desarrollo de la acción y de las relaciones de los personajes (como la rivalidad de los antiguos amigos a causa de Linda) , los decorados, el empleo de la música, o la escasez de efectos visuales y especiales,  más a un telefilm que a una película de terror propiamente dicha (¡y eso que la portada promete mucho!). Y si es verdad que mejora por momentos y ese tufillo a telefilm se desvanece pasada la primera parte, desaprovecha bastante su potencial limitándose a cuatro sustos y no enfocando la historia en torno al malvado e icónico Malfeitor. Un malo con tantas posibilidades merecía un desarrollo de personaje más profundo a nivel de guión, y también una mayor presencia física, sin embargo, sólo en el tramo final se le da algo de cancha, y la verdad es que sabe a poco, rozando la vergüenza ajena el momento en que habla a través de una desmelenada Linda poseída por su espíritu, aunque este momento sea de los más ochenteros de la película y tenga su encanto.




Juego mortal fue bien recibida por el público recaudando más de siete millones de dólares partiendo de un presupuesto de dos. Esto dio pie a varias secuelas en los noventa, la segunda de ellas, Witchboard 2: La puerta del infierno (1993), fue dirigida por el propio Tenney.

¡La recomiendo principalmente por el factor nostalgia!

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


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Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (1985, Jack Sholder) A Nightmare on Elm Street 2: Freddy's Revenge


Una familia llega a una casa en la que cinco años antes se habían cometido varios crímenes. Poco después, el hijo comienza a tener unas horribles pesadillas que le empujan al asesinato. (http://www.filmaffinity.com/es/film652110.html)


Jesse: Algo está intentando introducirse en mi cuerpo

Ron: Sí, es una chica, y está esperándote. Y tú quieres dormir conmigo.

Chocante. Así definiría la secuela de la exitosa Pesadilla en Elm Street que revivió a la New Line Cinema. No digo que no me guste, o que me parezca mala, simplemente ... Me resulta chocante... Dos son los motivos que me impulsan a clasificar a esta película de esta guisa. El primero es su fuerte carga homoerótica. El segundo el cambio de tercio respecto a  las reglas instauradas por Craven respecto al Dios del sueño, quien , precisamente por esto declinó participar en el proyecto.

En efecto, la carga homosexual, independientemente de las intenciones del guionista David Chasquin (Lecturas diabólicas, La granja maldita), es evidente. El protagonista, Jesse Walsh (Mark Patton) es un adolescente muy afeminado tanto en su aspecto físico como en su comportamiento: esos gritos de histérica para descojone del personal, ese bailecito con gafas horteras, su ambiguo comportamiento con su compañero Ron (Robert Rusler) ... Y eso a pesar de su relación con Lisa (Kim Myers). Más explícito, a este respecto, resulta todavía la visita al bar de ambiente que culmina con la muerte de su sádico profesor de gimnasia en la ducha previamente de haber sido azotado en las nalgas con una toalla(y no es coña) ...





En cuanto al cambio de reglas este es un hecho que decepcionó a muchos seguidores y que no guarda coherencia con la saga. Porque si la premisa era que Freddy actuase como una deidad cuasi omnipotente en lares de Morfeo, ¿qué  sentido tiene que despliegue su poder en la realidad? Para esto se juega con la posesión de Jesse por parte de Krueger al mudarse a la que fue la casa de Nancy (la protagonista de la primera parte) y encontrar su garra, pero tampoco resulta ni coherente ni convincente. En efecto, Jesse comienza a ver a Freddy en sueños, pero después lo ve despierto (en la escena de la muerte de Ron , literalmente llegará a transmutarse, dolorosamente, en él), y no sólo él; sus padres serán testigos de extraños fenómenos como un pájaro que arde espontáneamente, idén de la tostadora; el entrenador será golpeado por balones y atado por cuerdas antes de morir; y el culmen sucede en la fiesta de la piscina en la que todos los asistentes son atacados por nuestro querido hombre del saco. 




Pese a esto, a mí me parece una película entretenida, lo que ocurre es que prácticamente no tiene cabida en el universo Freddy que se desarrollaría posteriormente. Jack Sholder - a quien el productor Robert Shaye le ofreció el papel por haber trabajado juntos con anterioridad - , también director de la fantástica Lo oculto (1987), hace un buen trabajo, la música de Chirstopher Young - sin llegar a la genialidad de la de Charles Bernstein - transmite inquietud con una base orquestal muy atmosférica, y se pueden destacar grandes momentos como ese inicio en el que un autobús desbocado termina suspendido en equilibro sobre una gigantesca columna rocosa que se erige sobre un precipicio infernal, o cuando Freddy se abre paso - con gran dolor para nuestro protagonista - a través del estómago de Jesse e irummpe en la realidad. También a destacar el maquillaje de Freddy obra de Kevin Yagher (repetiría labor en la tercera y cuarta parte además de en la serie de televisión sobre Krueger) , quien lo rediseñó basándose en un libro de quemaduras para darle el mayor realismo posible y perfiló sus rasgos al modo de una bruja.



En taquilla funcionó muy bien recaudando 30 millones en Estados unidos con un presupuesto de 2.200.000, reanimando aún más a la New Line Cinema y encauzando sus esfuerzos hacia una tercera. Lo dicho, una curiosidad dentro de la saga, pero ni de lejos la peor.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


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Loca academia de policía (1984, Hugh Wilson) Police Academy


Las nuevas normas dictadas por la alcaldesa significan que el sexo, el peso, la altura y la inteligencia ya no serán factores decisivos para alistarse en las fuerzas del orden. Esto abre las puertas de toda clase de chusma, para disgusto de los instructores, si bien es cierto que no todo el mundo estará ahí por elección, como es el caso de Mahoney cuya alternativa era la prisión, y que intentará por todos los medios que le expulsen hasta que se da cuenta de que le gusta ser cadete de la academia. (http://www.filmaffinity.com/es/film781059.html)


El cuatro de marzo de este año, la recién elegida alcaldesa Mary Sue Beal anunció que pensaba cambiar los sistemas de reclutamiento para la policía de esta ciudad. Desde ahora, la estatura, el peso, el sexo, la educación y la fuerza física no servirían para excluir nuevos reclutas de la Academia de Policía Metropolitana. Centenares de personas que jamás soñaron con ser agentes de policía se inscribieron enseguida. Naturalmente, la policía se lo tomó muy mal.



En Loca academia de policía disfrutaremos de una de esas disparatadas comedias tan típicas de los ochenta del estilo de El pelotón chiflado, Porky´s o Top secret, por citar algunos ejemplos. Fue tal su éxito (recaudó  más de 80 millones en EEUU con un presupuesto de 4) que dio lugar a una saga formada por un total de siete películas de la que, por lo general, es considerada la mejor (no es mi opinión, pero de eso ya hablaremos cuando comente el resto).


Al parecer, la trama se inspiró en un suceso real del que el productor Paul Maslansky (lo sería de toda la saga) tuvo conocimiento: a principios de los ochenta se anunció que en Nueva York flexibilizarían el baremos para los candidatos a la policía de la ciudad. Malansky se imaginó la cantidad de ineptos que podrían entrar y, a partir de esta idea, se desarrolló un guión escrito a tres manos entre Neal Israel y Pat Proft (ambos colaborarían en diversas comedias como Despedida de soltero o Escuela de genios) y Hugh Willson , quien aceptó el trabajo a condición de poder dirigir la película. Las localizaciones del rodaje van de Ontario a Toronto y el emplazamiento de la academia fue un antiguo hospital psiquiátrico sito en Etobicoke (Toronto).


La historia comienza con la presentación de los nuevos reclutas. Ya sabemos que ahora puede inscribirse, básicamente, todo el mundo, así que los aspirantes son de lo más variopinto. Así tenemos al caradura Mahoney (Steve Guterberg en uno de sus más conocidos papeles) , a la guapa y remilgada Karen (Kim Cattrall), a la mole Hightower (el fallecido Bubba Smith), a la dulce Hooks (Marion Ramsey), al obseso de la acción Eugene Tackleberry (el también fallecido David Graf) o a "ruiditos" Jones (Michael Winslow) . Pero no creáis que sólo del lado de los reclutas reina la extravagancia, entre los instructores nos encontramos al desquiciado teniente Harris (un genial G.W.Baley) , a la durísima sargento Callahan (Leslie Easterbrook) o al tan entrañable como despistado y soñador comandante Lassard (George Gaynes). 

El cincuenta por ciento de su fuerza reside, precisamente, en el carisma de estos jocosos personajes. Mahoney es el líder y su facilidad para liar continuamente la madeja, su optimismo desbordante y su conducta desinhibida le convierten en uno de los favoritos. Pero son muchos los que destacan: el lacónico y hercúleo Hightower, un cachondísimo Jones cuya capacidad para emitir infinidad de ruidos con su boca sólo es superada por su facilidad para desquiciar a los instructores o el tremebundo pirado de las armas Tackelberry (de mis favoritos). Por la parte de los instructores me quedo , sin duda, con el teniente Harris, un cabroncete de mucho cuidado que nos regala momentos inolvidables. 



Y si el peso de los personajes es el cincuenta por ciento de la película, el otro cincuenta, como no podía ser de otro modo tratándose de una comedia de este tipo, corresponde a las situaciones descabelladas y gamberras e incluso, alguna que otra, con un toque picante. Hablo de momentos como el baile en La ostra azul, las clases de conducción de Mahoney, la vocecita de Hooks, los efectos vocales de Jones o la demencial presentación de Tackelberry. A destacar también la inolvidable banda sonora de Robert Folk, cuyo inolvidable tema principal permanecerá en nuestra sesera por siempre. 

Si bien no nos encontramos ante una obra maestra, ni siquiera una gran película, Loca academia de policía en un clásico ochentero entretenido y recomendable,  aunque sólo sea por conocer a los locos, locos policías con los que hemos crecido los nacidos en la década.

¿Alguien se alista?

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



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Pesadilla en Elm Street (1984, Wes Craven) A Nightmare on Elm Street


Varios jóvenes de una pequeña localidad tienen habitualmente pesadillas en las que son perseguidos por un hombre deformado por el fuego y que usa un guante terminado en afiladas cuchillas. Algunos de ellos comienzan a ser asesinados mientras duermen por este ser, que resulta ser un asesino al que los padres de estos jóvenes quemaron vivo hace varios años tras descubrir que había asesinado a varios niños. (http://www.filmaffinity.com/es/film183669.html)


Uno, dos, Freddy viene por ti 

Tres, cuatro, cierra la puerta 

Cinco, seis, coge un crucifijo 

Siete, ocho, mantente despierta 

Nueve, diez, nunca mas dormirás 


El 30 de agosto del 2015 Wes Craven, uno de los directores de terror más importantes e influyentes de los ochenta,  moría a causa de un cáncer cerebral. Me resulta por tanto inexcusable dedicar un tiempo a comentar una de las sagas de terror más célebres que se inica de la mano del propio Craven así como otras de sus películas menos afortunadas o desconocidas.


Craven - que estaba de capa caída tras los fracasos de La cosa del pantano y Las colinas tienen ojos 2-  comenzó a escribir el guión de Pesadilla en Elm Street en 1981, siendo este rechazado por varias productoras como Walt Disney Pictures o la Paramount para ser finalmente aceptado por la productora independiente New Line Cinema. Tras severos problemas económicos por parte de la productora y gran espíritu de sacrificio de los miembros del rodaje (estuvieron varias semanas sin cobrar) el proyecto salió adelante y se rodó en 32 días en localizaciones de Los Angeles (California).


La historia se le ocurrió tras leer varias noticias acerca de un grupo de refugiados jemeries que tras huir a Estados Unidos por el genocidio de Camboya empezaron a sufrir horribles pesadillas, negándose muchos, a raíz de esto , a dormir; incluso varios de ellos murieron mientras lo hacían. Este sorprendente hecho recibió el nombre de "El síndrome de la muerte asiática".


Para la concepción del la gran baza de la película, el villano Freddy Krueger (Robert Englund, quien se inspiró en Klaus Kinski y James Cagney para interpretarlo y que a la postre se convertiría en el único Freddy Krueger de toda la saga; exceptuando el remake), Wes Craven se basó en experiencias personales. Fueron dos hechos los que le influyeron: la visión de un anciano extraño caminando por las inmediaciones de su casa y el niño que se burlaba de él en el colegio ... Sí, lo habéis adivinado, su nombre era Fred Krueger.

El personaje Krueger iba a ser en principio un pederasta, pero debido a una serie de casos de abusos sexuales ocurridos en California que coincidieron con el rodaje, tornó en asesino de niños. Para su apariencia física utilizó el jersey del personaje Plastic Man de DC Cómics, pero empleando los colores rojo y verde cuando leyó que eran los más chocantes para el  ojo humano. El guante de cuchillas es una mezcla de las garras de su propio gato con los anuncios televisivos de cuchillos. 


El reparto, a causa del relativamente bajo presupuesto (1.800.000 dólares), está plagado de rostros desconocidos, aunque incorporó en sus filas a dos veteranos como Robert Englund ( ya  muy conocido por su papel de Willie en V) y el incombustible John Saxon. Supone el debut del archiconocido Johnny Deep y también una de las primeras películas de Heather Langenkamp quien repetiría el rol de Nancy en tres ocasiones (Pesadilla en Elm Street 3 y La nueva pesadilla de Wes Craven)  junto con John Saxon en el papel de su padre (en realidad en La nueva pesadilla de Wes Craven se interpretan a ellos mismos, pero esa es otra historia). 




En 1984 el subgénero slasher estaba más que trillado. El slasher , salvo contadas excepciones, agota muy pronto sus recursos al repetir una estructura tan manida como simplona, por eso, cuando Wes Craven irrumpió con su Pesadilla en Elm Street no sólo tambalearía sus cimientos (lo mismo repetiría , aunque de otro modo y en otra década, con su Scream) sino que ofrecía un revulsivo para el terror de la década. Pesadilla en Elm Street conjuga a la perfección fantasía y terror y sorprende con su atmósfera onírica y surrealista - que bebe tanto del cine de Polanski como de Buñuel-  y su contenido psicológico, además, nos muestra por primera vez al icono de terror moderno Freddy Krueger. 

Si bien inserto en el terreno del slasher por la presencia de un asesino de jóvenes, podemos dejar de sacar similitudes con el subgénero. En primer lugar, lejos de las escuálidas producciones que lo caracterizan, su puesta en escena está muy cuidada y destaca por sus efectos especiales y visuales, por su música y por su guión. En segundo lugar, el consabido asesino psicópata ni siquiera tiene presencia en "la realidad" sino que habita en los sueños y es ahí desde donde ejecuta sus crímenes (él se define como El Dios de los sueños). En tercer lugar, el número de muertes sólo alcanza las tres personas, alejándose de las masacres perpetradas en películas como Viernes 13 o similares. 

La atmósfera onírica se logra de dos modos. Por medio de imágenes surrealistas y perturbadoras que podríamos extraer de cualquier pesadilla y mediante esa inquietante y repetitiva música electrónica a base de sintetizador y de fuerte carácter industrial compuesta por Charles Bernstein que ya quedaría asociada para siempre con la saga (tampoco olvidemos la tétrica cancioncita infantil).  




Si bien, como he señalado las muertes son únicamente tres, dos de ellas son tan brutales y sangrientas como impactantes. Curiosamente las dos fueron rodadas en el mismo cuarto cuya principal característica es que era una estructura giratoria. La de Tina es quizás una de las mejores (y no soy un sádico, eh) de la historia del cine de terror. Para la de Glen (Johnny Deep ), se decoró el cuarto como si estuviera al revés y colocaron la cámara de forma que pareciera que estaba derecho para después verter litros y litros de agua roja resultando un géiser de sangre demencial. También queda para la historia la escena de las cuchillas emergiendo entre las piernas de Nancy mientras se da un baño. 

Lejos queda Pesadilla en Elm Street de ser un slasher vacío de contenido. Al margen de su indiscutible calidad técnica pueden interpretarse de muchas maneras y extraerle multitud de implicaciones que van desde el papel que juegan los sueños y el subconsciente freudiano (con multitud de referencias al sexo), las experiencias traumáticas de los jóvenes, los conflictos intergeneracionales o la percepción entre lo que es real y no lo es (el que muere en el sueño lo hace también en la realidad, la no creencia de Nancy en Freddy hace que este desaparezca ...). 

En cuanto al final, la intención de Craven era uno más feliz en el que Nancy derrotaría a Freddy al dejar de creer en su existencia y no el que todos conocemos que es muy ambiguo (¿otra pesadilla?) y deja pie a una secuela. 





Tanto crítica como público se rindieron ante el fenómeno Elm Street recaudando la nada desdeñable cantidad de más de 26 millones de dólares sólo en Estados Unidos y siendo considerada instantáneamente como un clásico del cine de terror. Para mí es otra de esas piezas clave en la conformación del terror moderno y una película tan novedosa como perturbadora.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


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MUERTE DE TINA

MUERTE DE GLEN


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Pesadilla en Elm Street 2

Viernes 13. Parte VIII: Jason vuelve... para siempre (1989, Rob Hedden) Friday the 13th, Part VIII: Jason Takes Manhattan


Jason ha escogido como víctimas a un grupo de escolares que se encuentra en Crystal Lake. Tras una primera masacre, decide ir a Manhattan para acabar con los supervivientes de su primera embestida. (http://www.filmaffinity.com/es/film337535.html)


Es así, vivimos en una ciudad de claustrofobia. Una ciudad de acero y cemento atrapada por aguas oscuras. No hay escapatoria, pero tampoco la queremos; nos hemos hecho a esto y nos soportamos los unos a los otros. Amigos, la adrenalina no tiene sentido si no existe el terror. Adoro esta ciudad.


Llegados al final lo primero que he de decir es que esta es , sin duda, la película que menos me gusta de la saga (sólo comento las de los ochenta). Y la verdad es que jode porque , en principio, la idea es buena(aunque la primera idea fue continuar donde había terminado la siete: algo así como Jason vs Carrie 2). Imaginad a un Jason desbocado haciendo de las suyas por Nueva York, ¿no suena mal , verdad? Pues lo que nos venden como una incursión en Manhattan del asesino de la máscara es una verdad a medias porque más de la mitad de la película nos la pasamos en un  barco en el que somos testigos de actuaciones lamentables, situaciones gilipollescas y presa de un sopor absoluto con tufillo a telefilm (se nota mucho que Rob Hedden, que también escribe el guión,  ha desarrollado su carrera realizando productos televisivos). 



Al parecer, en principio la acción sí que  iba a transcurrir mayormente en Manhhatan, pero por problemas presupuestarios nos la endiñan con el título mientras nos comemos el maldito barquito. Hedden comenta que la intención era rodar en lugares como el Madison Square Garden o en La estatua de la libertad y aprovechar al máximo los lugares emblemáticos de Nueva York, pero sólo le permitieron rodar allí una semana (el resto se rodó en Vancouver) . Como veis la historia no pintaba mal y podría haber dado mucho de sí, o al menos proporcionar momentos entretenidos. En consecuencia de esta mutilación presupuestaria , ¿qué nos queda? Pues lo de siempre jabatos. Jason matando a la tripulación en vez de a campistas, ¡joder, qué original! Y luego está la paranoia de las visiones de la protagonista con Jason de crío, que uno no sabe a qué vienen y cuando se descubre mejor no se hubiese sabido.



Y la verdad es que cuando llegan a  Manhattan la cosa gana infinitamente (comparado con lo visto, claro). Tiene su gracia cuando Jason ve un gran cartel anunciando un partido de hockey y contempla con curiosidad su propia máscara, también mola la pelea de boxeo en la que deja que su contrincante se canse de darle golpes (esta era la escena que querían rodar en el Madison Square Garden) para soltarle un leñazo y arrancarle (literalmente la cabeza), queda muy bien el paseo por el metro con toda la gente mirando acojonada a Jason, o cuando al ser importunado por unos pandilleros se quita la máscara mostrándoles el rostro y estos huyen atemorizados ... Tampoco está mal la ambientación de la ciudad (repleta de suciedad , pandilleros , oscuridad) ni la música de Fred Mollin (mucho más comedida que en la parte anterior), y Kane Hodder como Jason siempre será brutal,  pero en general es una película muy floja (de la que son cutres hasta los efectos especiales), que salvo en su tramo final ni siquiera entretiene, y de final bastante bochornoso.






Fue la última parte (hasta 2009) distribuída por Paramount, ya que vendieron los derechos a New Line (sí, la productora de Pesadilla en Elm Street) . Las críticas malísimas (no convenciendo ni a los fans de la saga),  y en taquilla fue también de las más flojas recaudando únicamente cerca de 15 millones de dólares con un presupuesto de cuatro.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA


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