Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

LA GUERRA DE LAS GALAXIAS: Episodio IV - Una nueva esperanza (1977, George Lucas) Star Wars: Episode IV - A New Hope


Ochenters, vamos a dedicar tres emocionados especiales a las películas de la saga clásica, empezando por la primera de ellas: "La guerra de las galaxias".
Es tanto lo que se ha escrito, hablado, filmado, e incluso filosofado sobre ella que es difícil contar algo que no se haya repetido ya. Por lo tanto, no trataremos de ser pretendidamente originales, ni hablar de un argumento del todo conocido, sino tan solo aportar una mirada más, desde la fidelidad y el cariño, a cómo fue posible que llegara a los cines en 1977 la cinta que marcó a nuestra generación, significó un antes y un después en la historia del séptimo arte, fue el comienzo de lo que hoy es un fenómeno social y cultural en plena vigencia a nivel mundial, y que comenzó "hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana..."

EL GENIO DE GEORGE LUCAS
No es posible hablar de Star Wars sin hacerlo de su creador, el cineasta californiano George Lucas. Nacido en la pequeña ciudad interior de Modesto, que luego recrearía de forma ideal en "American Graffiti", Lucas se veía más como un innovador técnico y narrativo que como un director comercial de éxito, como queda patente en su primer largometraje, "THX 1138", un extraño triller futurista ambientado en una sociedad distópica, deshumanizada y opresiva, protagonizado por Robert Duvall, y que solo le dio un cierto renombre entre los especialistas del mundillo. Pese a ello, y gracias a su amigo y mentor Francis Ford Coppola, que ya había obtenido el éxito con "El padrino", consiguió 700.000 dólares de Universal para hacer otra película, la mencionada "American Graffiti" (1973), un film parcialmente autobiográfico sobre las vivencias de juventud en los años cincuenta, que protagonizaron unos jovencísimos Richard Dreifuss o Ron Howard y en la que Harrison Ford tenía un pequeño papel. Para su sorpresa, la cinta fue todo un éxito y obtuvo cinco nominaciones a los oscar lo que le abrió definitivamente las puertas de los grandes estudios. Así, 20th Century Fox, entonces dirigida por el productor Alan Ladd Jr. (personaje clave en los inicios del fenómeno Star Wars), le ofreció la nada despreciable cifra de 10 millones de dólares, una fortuna en la época, para realizar su siguiente film con absoluta libertad creativa.



CÓMO SE GESTA UNA EPOPEYA
Desde antes de "American Graffiti", Lucas venía trabajando en el guión de una aventura espacial al estilo de los seriales televisivos de su infancia, como Flash Gordon o Buck Rogers, a la que llamó "Star Wars", con el objetivo de revitalizar ese género, que tuvo su esplendor en los cincuenta y que estaba de capa caída.
La ciencia ficción futurista o fantástica que se hacía en los setenta había ido derivando, tras la incomprendida y controvertida "2001 una odisea en el espacio" a visiones apocalíticas, extrañas, excesivamente complejas e intelectuales con títulos como Zardoz, La fuga de Logan o Naves misteriosas. Lucas quería recuperar el espíritu aventurero e intrascendente de los clásicos de los cincuenta y sesenta. Sin embargo, su historia también contenía un poso de intensidad dramática influenciado sobre todo por su director más admirado, el japones Akira Kurosawa, en cuya filmografía y estilo se inspiró, sobre todo en el clásico de aventuras medievales "La fortaleza escondida" de 1958, de la que recoge gran parte de los personajes y el entramado argumental para "La guerra de las galaxias".
Para su epopeya espacial, Lucas escribió un relato de unas doscientas páginas del que se podían extraer hasta nueve películas. Ni el mismo creía que pudiera rodarlas, así que se centró en la parte más factible y épica que se situaba en la parte media de la historia y de ahí salió el guión para "La guerra de las galaxias".
Sin embargo, al ser tan novedoso y rupturista, Lucas pensó que no podía presentarse ante los directivos de Fox con solo unos escritos, así que recurrió al artista gráfico Ralph McQuarrie para que hiciera unos espléndidos bocetos que plasman toda la esencia de lo que luego sería la película.


 

UN CASTING DE MIL PERSONAS
Tal y como hizo para "American Graffiti", Lucas buscó un elenco protagonista entre actores desconocidos o casi debutantes. Prácticamente todos los jóvenes actores y actrices de Hollywood pasaron por las pruebas para ser Luke, Leia o Han Solo.
Para ahorrar dinero Lucas compartía casting con su amigo Brian de Palma que preparaba el film de terror "Carrie", por lo que pasaron por allí William Katt, para ser Luke, o Sisy Spacek para el papel de Leia, al que optaban también Terri Nunn, Jodie Foster o Cindy Williams.
Al final, el papel principal del joven protagonista, Luke Skywalker, fue para el desconocido Mark Hamill, que dejó la serie "Con ocho basta" de la que había rodado el piloto, y el de la princesa Leia para Carrie Fisher, un personaje que la venía como hecho a medida ya que pertencía a la aristocracia de Hollywood (era la hija de la estrella de los cincuenta Debbie Reynolds y el cantante Eddie Fisher).
Para el papel del contrabandista Han Solo se barajó a Kurt Russell, Nick Nolte, Christopher Walken, Perry King o incluso Billy Dee Williams, interpretaría a Lando Calrissian en la segunda entrega. ¿Cómo llegó entonces el papel a Harrison Ford? En principio, Lucas quería caras nuevas y era reacio a contar con actores de "American Graffiti", sin embargo ofreció a Ford, que recientemente había arreglado una escalera de madera en su casa (recordemos que en sus inicios alternaba la carrera de actor con el oficio de ebanista, como deja patente su personaje en "Unico testigo"), un puesto de ayudante en el casting para dar el paso a los actores candidatos en su lectura del libreto. Así, a lo largo de las interminables sesiones de selección, el tono sarcástico y descreído con el que Ford pronunciaba las frases del guión fue convenciendo más y más a George Lucas hasta el punto de ofrecerle el papel. Sin duda un gran acierto porque el personaje de Han Solo en la persona de Harrison Ford es sin duda el más redondo y el que aporta el componente que marca la diferencia a partir del momento en el que aparece en la cantina.
Los tres personajes, Luke, Leia y Han, se van a convertir en personajes icónicos como el joven noble e idealista, la princesa convertida en líder rebelde que no precisa ser rescatada, y el contrabandista sinvergüenza con buen corazón. Sin embargo y por diversas circunstancias, de los tres jóvenes actores que los encarnaron, sólo Harrison Ford tuvo una carrera al estrellato en Hollywood (a Hamill le marcó su accidente de coche que le desfiguró la cara y Fisher tuvo problemas con las drogas en los ochenta).

 
Como el film iba a rodarse en parte en los míticos estudios Pinewood de Londres, para el resto del reparto se recurrió a actores británicos. El legendario veterano de la escena inglesa Sir Alec Guinnes, el mítico coronel Nicholson de "el puente sobre el rio Kwai", sería el maestro Obi Wan, y la leyenda del terror de serie B clásico Peter Cushing, el malvado Grand Moff Tarkin.
En el guión jugaban un papel destacado dos robots, R2D2 y C3PO, uno pequeño y redondeado y otro alto y de aspecto humanoide inspirado en el que aparecía en el clásico del cine mudo "Metrópolis". Para el primero se optó por un actor de corta estatura, Kenny Baker, y el segundo fue a parar a un joven delgado y de voz meliflua, Anthony Daniels, que se decidió a aceptarlo tras ver en uno de los dibujos de Ralph McQuarrie su aspecto afligido y el parecido físico que guardaba con él mismo.
Finalmente, se precisaban dos actores de porte imponente para encarnar al compañero de Han Solo, el peludo Chewacca, y al villano del Film, Darth Vader, embutido en una coraza negra. El primero debía ser un hombre verdaderamente alto y se buscó por la zona de Londres hasta encontrar a Peter Mayew, un melenudo desgarbado de dos metros veinte de estatura, sin experiencia anterior y que trabajaba de celador en un hospital. Para el papel de Vader se recurrió a Dave Prowse, especialista en papeles de monstruo o forzudo en las películas británicas del género. Pese a que su presencia le hacía ideal, a Lucas no le convencía su voz y al final acabó siendo doblado por el actor afroamericano James Earl Jones.



EL RODAJE Y LOS ASOMBROSOS EFECTOS ESPECIALES
"La guerra de las galaxias" es una sencilla historia de aventuras con un argumento lineal y personajes arquetípicos, factor sin duda clave de su éxito y el modo en que ha penetrado en las mentes de grandes y pequeños. Tiene todos los ingredientes propios del género: Escenarios exóticos, acción, humor, una pizca de romance, los buenos, los malos, los rebeldes, el imperio, y, como hemos dicho antes, a Han Solo.
Para el rodaje el equipo primero se desplazó a lomos de mulas al interior de Túnez, muy cerca de una región llamada Tataouine (curiosamente parecido al nombre del planeta de los dos soles: Tatooine), para las escenas del desierto y las montañas donde viven Luke y Ben Kenobi y al que van a parar los dos androides al inicio del film. El calor era sofocante y hubo también alguna tormenta de arena. Cuenta Anthony Daniels cómo le tenían que hidratar por medio de una pajita a través del traje metálico de C3PO y varias veces se dejaron olvidado a Kenny Baker dentro del pequeño cabezudo R2 cuando se hacía un descanso. Las espectaculares escenas de la granja de humedad se rodaron en el subterráneo hotel Sidi Driss, en la localidad de Matmata y el exterior de la cantina de Mos Eisley en Djerba.



Después, el equipo voló a Londres para rodar las escenas espaciales y el interior de la Estrella de la Muerte. Aquí los problemas fueron otros, los impresionantes soldados de asalto resbalaban por el suelo pulido y les era difícil moverse, se aprecia en las algunas tomas, y además el casco les dificultaba la visión, de ahí la famosa escena en la que uno de ellos se golpea con una puerta que se coló en el montaje final y se ha hecho tan famosa. Carrie Fisher contaba cómo los actores se quejaban a Lucas por algunas frases que tenían que decir, como cuando la cautiva princesa Leia es presentada al gobernador Tarkin y le dice que éste "sujeta con la correa su fiel perro Vader" o cuando Guinness no entendía por qué Obi Wan tenía que decirle a Luke "tu camino discurre por sendero distinto al mío", pero George Lucas se mostraba inflexible con los textos, lo que era motivo de mofa entre el grupo de actores jóvenes mientras los veteranos actuaban con exquisita profesionalidad. Eso sí, el achacoso Peter Cushing, aquejado de juanetes en los pies, no soportaba las botas de su uniforme, y, tras rodar su primera secuencia, pidió a Lucas que las siguientes le fueran tomadas en plano medio, a lo que el director accedió, y el resto de sus escenas las hizo en zapatillas de deporte. Otra de las anécdotas más famosas del rodaje es la escena en la que Luke y Leia tienen que saltar de un lado a otro de un precipicio al estilo Tarzán. No tenían dobles y la altura era de unos diez metros (el efecto de abismo se consiguió puliendo el suelo para que hiciera de espejo). Se decidió que lo intentaran los dos actores sujetos al cable con unos arneses ocultos en su ropa. Sorprendentemente la escena salió bien a la primera y se rodó en una sola toma.




Mientras tanto, en California, se trabajaba en los complicados efectos especiales. Al ser una disciplina en decadencia en la que los estudios no invertían y que seguía anclada en tecnologías de los años treinta como los fundidos, los fondos pintados o el stop motion que por entonces solo manejaba el maestro Ray Harryhaussen, ninguna de ellas servía para la complejidad visual de esta epopeya espacial por lo que directamente los efectos especiales en su mayoría hubo que inventarlos de la nada. Para ello, Lucas había creado una división en su pequeña productora Lucasfilm Ltd. llamada Industrial Light & Magic (ILM), formada sobre todo por jóvenes entusiastas de patilla y pelo largo con relativa experiencia que a menudo afrontaban retos imposibles. 
Trabajaron sobre todo con maquetas y el operador John Dykstra tuvo que desarrollar la cámara Dykstraflex capaz de hacer cientos de combinaciones visuales para las escenas de naves y batallas espaciales, el holograma de la princesa Leia pronunciando su famosa frase "ayúdame Obi-Wan Kenobi, eses mi única esperanza" o el ocaso de los dos soles del planeta Tatooine. Para la impresionante y característica banda sonido, el especialista Ben Burt recurrió a grabar objetos cotidianos como batidoras o a subirse a torres eléctricas para golpear cables de alta tensión y así obtener el legendario sonido de los disparos o las espadas de luz.





Las escenas previas a la batalla final de Yavin pertenecen a la ciudad maya de Tikal en la selva de Guatemala, donde se ambienta también la apoteósica última secuencia de la entrega de medallas en la sala del trono; como Lucas no tenía extras suficientes para llenar toda la pantalla se utilizaron algunos soldados de cartón, algo que también se puede intuir cuando se visiona al detalle la película original.


LA BATUTA TRAS LA GUERRA
Las bandas sonoras del género en aquella época eran de música contemporánea o muy extraña, al estilo de "El planeta de los simios", pero Lucas no quería eso, sino una música sinfónica, épica, como la de los grandes clásicos de aventuras del Hollywood dorado. Fue su amigo Spielberg el que le recomendo a John Williams, que había compuesto la inquietante banda sonora de Tiburón. Fue la mejor decisión, la simbiosis perfecta, no es posible entender la trascendencia del fenómeno Star Wars sin la música de Williams.


LOS PROBLEMAS PREVIOS AL ESTRENO
Aunque cueste creerlo, "La guerra de las galaxias" estuvo a punto de no estrenanse. El rodaje en Túnez lleno de contratiempos, los costosos escenarios y efectos especiales, y la poca fé que el estudio tenía en el éxito de la película, pese a contar con el apoyo inequívoco de Ladd Jr., provocaron que los directivos de Fox exigieran un recorte en el presupuesto. En la negociación, Lucas renunció a gran parte de su salario y otros beneficios de taquilla a cambio de quedarse con el merchandising, una parte del negocio poco explotada en la época a la que Fox no daba importancia y que cedió con gusto con tal de ahorrar en una cinta que veían como excesivamente cara y destinada al fracaso. Un gran error de la productora y una gran jugada para Lucas porque los productos relacionados con la película fueron y son hoy en día todo un éxito.
Todos estos problemas generaron A George Lucas una crisis de ansiedad que incluso le impidió participar en parte en el montaje final, que completó su esposa entonces, Marcia, que era montadora, e influyó también posteriormente en su decisión de no dirigir las siguientes películas.
Inseguro con el resultado de su obra y aún sin terminar, Lucas ofreció un pase privado en su casa a sus amigos entre los que se encontraban Brian De Palma, Martin Scorsese, Steven Spielberg o su mentor Francis Ford Coppola. Como la película estaba en plena fase de posproducción, les mostró un premontaje al que le faltaban aspectos claves en el resultado final como la banda de sonido, la música y las escenas de la batalla final de aeronaves, que había sustituido por tomas de cazas de la segunda guerra mundial, pero los que estaban allí eran personas experimentadas y acostumbradas a los copiones o las tomas en bruto y podían hacerse cargo. Todos la visionaron en silencio y al final, cuando Lucas les preguntó, su respuesta fue desalentadora con frases como "¿dónde vas con eso?", "incomprensible", "te la vas a pegar" o "chico, ni la estrenes". Solo uno de los presentes mostró una postura distinta y ese fue Steven Spielberg, que se acercó a él, le estrechó la mano y le dijo algo así como "es la bomba, vas a triunfar".


LA MEJOR PELÍCULA DE TODOS LOS TIEMPOS
El film se estrenó en verano, casi de tapadillo en menos de cuarenta salas de Estados Unidos; en un primer momento funcionó gracias al boca a boca y poco a poco fue convirtiéndose en un fenómeno mundial y la película más taquillera de todos los tiempos. Enganchaba desde el primer minuto, con los acordes atronando, las letras saliendo desde abajo sobre el fondo estrellado y ese destructor imperial entrando entre disparos por encima de nuestras cabezas y que avanzaba y avanzaba, y parecía no acabarse nunca. Era tan real. Nos cambió la vida. Somos la generación de Star Wars. Que la fuerza nos acompañe.

Por VICTOR SANCHEZ GONZALEZ



Muy pronto la segunda entrega
"EL IMPERIO CONTRAATACA" (Empire Strikes back, Irving Kersner, 1980)












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