Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Pesadilla En Elm Street 6, La Muerte de Freddy (1991, Rachel Talalay) A Nightmare On Elm Street 6, Freddy’s Dead.


Pesadilla En Elm Street 6, La Muerte de Freddy (1991, Rachel Talalay) A Nightmare On Elm Street 6, Freddy’s Dead.


Queridos Ochenters, hoy me toca revisión de una de las cintas menos afortunadas y peor tratadas (desde mi punto de vista) de uno de los indiscutibles amos más influyente del género Slasher, el señor “Freddy Krueger”
Mi pasión por este personaje es infinita y siento devoción por su saga. Gracias a Wes Craven (y sus muchos traumas) el mundo tembló con un sádico asesino de niños que fue ajusticiado por el pueblo de Springwood, concretamente por los padres de esos niños (historia que, si os interesa, se trata de mejor forma en la mini serie, “Las Pesadillas de Freddy”)

Pues bien, en este caso nos centramos en la sexta pesadilla, bajo el título “La Muerte de Freddy” que a pesar de sentenciar de tal manera a Krueger, es la penúltima de la saga (sin contar claro “Freddy Vs Jason” ni mucho menos el simplón remake de la original de 1984 “Pesadilla en Elm Street” con un Freddy Krueger descafeinado interpretado por Jackie Earle Haley

Robert Englund se enfundaba por sexta vez el guante de cuchillas, pero esta vez haciendo quizá demasiado uso de ese humor socarrón y absurdo que fue adquiriendo a medida que avanzaban las continuaciones que del propio terror que infundió en sus primeras películas que, al menos a mí, me recuerda a la evolución que tuvo Ash Williams en la trilogía de “Evil Dead” que fue perdiendo en terror y ganando en comedia (Aprovecho para recomendaros encarecidamente la serie de Sam Raimi “Ash Vs Evil Dead”, un auténtico homenaje para los amantes de la trilogía)

La historia comienza, como no podía ser de otro modo, con una pesadilla de uno de los protagonistas de la cinta del cual no se conoce el nombre ya que sufre de amnesia (en los créditos es llamado John Doe (Como curiosidad, John Doe es el nombre que en América se le da a los cadáveres masculinos sin identificar o directamente para referirse a alguien del que no se sabe o no se quiere dar su nombre; Jane Doe en el caso femenino, más o menos es la equivalencia a nuestro "Fulano y Mengano"

Tras varias pesadillas introductorias (en las que llegamos a ver a un Freddy Krueger ataviado a lo bruja mala del oeste de “El Mago de Oz”),


éste despierta totalmente desorientado a las afueras de Springwood. Deambulando termina en el albergue juvenil del pueblo anexo, donde es ingresado. Allí conoce a Maggie Burroughs, una trabajadora social del internado a cargo de adolescentes con problemas, la cual también sufre de pesadillas.

Indagando en el recién llegado y entre sus escasas pertenencias, descubre un recorte de periódico en el que se habla sobre la desaparición de la mujer de Krueger, Loretta Krueger de Springwood. Esa misma noche, el recién llegado vuelve a tener pesadillas, pero esta vez con una niña pequeña. Al día siguiente, describe su pesadilla con esta niña a Maggie, que comprende que es la misma niña que aparece en sus sueños, por lo que deciden volver a Springwood para investigar esta conexión onírica.

“Springwood, un bello lugar para vivir.”

John y Maggie llegan al pueblo, y descubren que tres de los internos intentaban fugarse colándose en su furgoneta, los cuales y a petición de Maggie, deciden volver al centro, por lo que se detienen en lo que parece una feria para llamar al internado e informar de que están allí sanos y salvos y así poder volver. El problema es que en esa feria no hay niños, de hecho esta escena es otra de las absurdas, ya que en esta feria sólo hay adultos “divirtiéndose” (impagable el abuelo dando vueltas en modo peonza en los coches de choque) 
Aquí debo detenerme para hacer mención a modo de curiosidad de uno de los actores que interpreta a uno de los personajes del pueblo en la feria, que increpa a su mujer por hablar con los adolescentes recién llegados a los que pide que se marchen o él (Krueger) volverá, a ver si lo reconocéis.

“¡Ethel! ¡Sabes que vendrá él!”

¿Ya? Para los que no lo hayáis reconocido (yo no lo hice) es un breve cameo de Tom Arnold (Mentiras Arriesgadas, Nueve Meses…)

Básicamente, ésta es la excusa que se toma el guion para situar a los personajes de nuevo en Elm Street y traer nuevas víctimas a Krueger. No quiero contaros más de la trama por si aún queda algún incauto que no haya visionado esta cinta.

Rachel Talalay fue la encargada de dirigir (y finiquitar, al menos de momento) la última pesadilla de Krueger, la cual siempre había estado bajo la producción de la saga, y junto al mismísimo Wes Craven, escribió el guion que luego se materializó en “La Muerte de Freddy”.

Por aquel entonces, Rachel Talalay intentó reflejar su pasión por la serie "Twin Peaks" y el estilo narrativo del genio David Lynch en esta cinta, pero por desgracia no tuvo el éxito esperado y llevó a cabo una sexta pesadilla que pasó con más pena que gloria y que fue considerada la peor de la saga, que no por ello mala película.

¿Pero qué queréis después de tanta pesadilla?


Además y para colmo de males, la película ha sido maltratada por el tiempo, ya que en su época se tomaron decisiones bastante arriesgadas que hoy día muchos no conocen, como por ejemplo su final rodado en 3D que ha desaparecido con las re-ediciones domésticas y que hacen un sinsentido esta etapa final.

Pero antes de continuar, permitidme un regreso al pasado para que comprendáis qué llegamos a sentir en su época los amantes de Krueger.
Retornemos a 1991, cuando se estrenó esta cinta, en un viejo cine de ciudad que hoy ya no existe. Con sólo siete añitos y acompañado de mi hermano mayor de doce (en aquella época, la clasificación por edades no se tenía en cuenta) y con nuestra entrada en mano, el acomodador nos hacía entrega a cada uno de los valientes de este misterioso objeto que os dejo a continuación,


unas gafas de cartón con celofán de dos colores, rojo y azul, que parecían haber sido diseñadas por Bebop de las Tortugas Ninja y que no teníamos ni idea de a qué venían, pero que, tras una breve explicación del acomodador de para qué y cuándo debíamos hacer uso de ellas, hacían aumentar el misterio por esa película. Valiese la pena o no ese final rodado en 3D, cierto es que hizo que todos sintiésemos una emoción extra por ver qué nos deparaba nuestro amigo Krueger y su directora Talalay, y recibimos la señal del uso de las misteriosas gafas como si fuésemos a tocar directamente a Freddy.

Pues bien, el problema a día de hoy como digo, es que todo esto se ha perdido en las ediciones domésticas pero sigue pasando en la película; o sea, para que me entendáis, hay escenas rodadas de forma exagerada para potenciar y hacer uso del efecto 3D de la época pero sin el efecto en 3D que, al eliminarse, hace que algunas de estas escenas rocen el ridículo. De hecho vemos a uno de los personajes que, tras ponerse exactamente las mismas gafas que todos teníamos al entrar en uno de los sueños (acción que daba la señal para que el público del cine se pusiese las suyas) este personaje mueve su mano y sus dedos en primer plano que sin este efecto no tiene ningún sentido porque pierde totalmente su intencionalidad. Lógico que, sin saber que un día existió esa intención resulte de lo más ridículo que podáis ver, pues se ha perdido la esencia de la escena pero que en su día y en esa época, nos pareció una maravilla.


Para los que no sepáis de qué hablo ni que existió esta escena, he encontrado trozos de la misma en inglés con el efecto 3D. Si no habéis visto la cinta, pasad el video ya que contiene spoilers del final.


Como comprenderéis, esto quita mucha gracia al final de la película. También todos recordamos otra de las escenas que a día de hoy pasa factura a la película, y es la de Freddy Krueger jugando con un videojuego. Situándonos en 1991 y con un imparable y creciente boom en el mundo de los videojuegos, Talalay pensó que era buena idea que pudiésemos ver a Fred disfrutando de uno de ellos (eso sí, para torturar a uno de los adolescentes) pero que visto a día de hoy roza el ridículo para desgracia del onírico psicópata.

Una más y me acuesto

En esta escena, veíamos a Spencer, uno de los adolescentes fugados del centro, dentro del videojuego controlado por Krueger. El problema es que, además de lo cutre del videojuego, se intercala con escenas del mundo real donde vemos a Spencer saltar de forma cómica por la casa en la que se encuentran, con sonidos acordes a la estupidez de la escena.


Ya de por sí, todo era bastante ridículo consiguiendo sacarte de la película por completo, y que por desgracia, al intercalarse con las tomas del personaje como protagonista del videojuego, no mejoraba.


Y aquí debo detenerme nuevamente para hacer mención a otro cameo, antes de que Krueger empiece con su videojuego, la escena ocurre así; nuestro amigo Spencer decide tumbarse en un mugriento sofá de la casa a la que han ido a parar y fumar marihuana. Tras esto, podemos ver un anuncio en la pequeña televisión que hay frente al sofá (rota) con el siguiente personaje que, a modo de documental, simula los daños producidos en el cerebro por el consumo de drogas usando un huevo y una sartén (toma ya)


Un joven Johnny Depp vuelve a la saga de Pesadilla en Elm Street (pues en la primera parte era uno de los personajes relevantes) a modo de cameo para disfrute del personal. Lo curioso es que por aquel entonces, el joven Depp estaba metido de lleno en el mundo de la droga.
Talalay intentó como decimos dar ese toque personal a la cinta rodando alguna escena muy perturbadora que ya se repetía alguna vez en anteriores entregas, como las vueltas en bucle a la Calle Elm cuando intentan salir de Springwood.

¿Qué dice el mapa? Pues…

O la muy desagradable escena de la limpieza de oídos a uno de los personajes usando un enorme bastoncillo.

Qué limpito va a quedar.

Talalay también quiso dar un toque más personal al mismísimo Krueger, mostrándonos distintas etapas de su vida, aunque algunas partes de la historia estén muy cogidas por los pelos para que casen con el guion.
En esta evolución podemos ver a un pequeño Frederick Charles Krueger en el colegio torturando animalitos en clase y siendo acosado por todos sus compañeros por ser raro (y tanto…)

  
O a un Fred Krueger ya adolescente que es maltratado por su padre


Y a un Freddy ya adulto y felizmente casado con Loretta, su esposa, que tiene la desdicha de descubrir el “trabajo especial” de su marido.


Incluso nos muestran a la hija pequeña Kathryn Krueger.


Y aquí debo detenerme nuevamente y retroceder a la adolescencia de Krueger para mencionar otro cameo que tampoco reconocí en su día, y es precisamente el protagonizado por el padre adoptivo de Freddy Krueger, un alcohólico que maltrata a un Fred adolescente a base de correa.

“You’re poison man”

Nada más y nada menos que el gran Alice Cooper (ahí queda eso) es el encargado de dar vida al agresivo padrastro del ya de por sí perturbado Freddy Krueger.

Con respecto a la BSO, la saga Elm Street vuelve a cambiar de compositor en su sexta parte, de hecho no se repitió autor en ninguna de las anteriores entregas, pasando a formar una lista de compositores de la talla de Angelo Badalamenti que compuso la BSO de la tercera película, (la cual considero la mejor de toda la saga), Christopher Young que hizo lo propio con la segunda entrega, o Charles Bernstein, autor de la primera y amante de sintetizadores tan característicos que sentó las bases en cuanto a la musicalización de toda la saga. Más tarde confesó que el motivo del uso de sintetizadores, en vez de contratar a una orquesta, se debía al bajo presupuesto con el que contaba la película. 
Pues bien, para la BSO de esta sexta parte, se escogió al australiano Brian May (que no tiene nada que ver con el grupo Queen),

Hazme una foto así como que poso.

conocido por ser el compositor de toda la saga de "Mad Max", y que, siguiendo la misma línea de entregas anteriores, realizó un buen trabajo incluyendo canciones de varios artistas como Iggy Pop


o del grupo Goo Goo Dolls entre otros


Para la instrumentalización, de nuevo se hizo uso de los sintetizadores y la música electrónica en gran parte de sus temas para no desentonar con el resto de la saga.


Para ir terminando, no puedo dejar de mencionar algunas curiosidades que me he ido encontrando de esta cinta y de la saga en general.

-Para el guion de esta sexta película, un joven realizador neozelandés les proponía una historia que él mismo había escrito, donde un envejecido Freddy Krueger sufría la ira de un grupo de jóvenes que bajo los efectos de las drogas, torturaba al psicópata cuando entraban al mundo de los sueños. 
Más tarde, este mismo realizador fue el encargado de dirigir y escribir “Braindead” una película de culto del género de terror hoy día. 

Así es, Peter Jackson estuvo interesado en escribir esta sexta parte pero fue rechazado para Elm Street.


-Destaca la inclusión en la BSO y en varios momentos de la cinta el poema sinfónico “Una noche En La Árida Montaña”, de Modest Mussorgsky


-Wes Craven, creador del personaje, bautizó al psicópata con el nombre de Freddy Krueger, nombre tomado de un ex compañero de clase que lo acosaba, marcando su infancia para siempre.


-El éxito de Elm Street dio lugar a innumerable merchandising que aún perdura a día de hoy (de peor o mejor calidad) como camisetas, figuras, vdeojuegos…


Incluso las distintas versiones del famoso guante de cuchillas que hemos ido conociendo en cada una de las películas que conforman la saga han tenido sus respectivas réplicas, y del que me siento afortunado de poder decir que poseo una de ellas, confeccionada en tela y metal, en concreto el guante de la primera entrega con la firma del mismísimo Robert Englund.


En definitiva, podemos decir que con esta entrega tuvimos un cierre más o menos digno de la ya de por sí explotada franquicia, en la que se tomaron algunos riesgos que han envejecido terriblemente mal con el paso del tiempo y con las ediciones para el uso doméstico que dejan mucho que desear.

Este sádico psicópata llamado Frederick Charles Krueger, es a día de hoy y lo seguirá siendo, uno de los máximos exponentes del género Slasher gracias al magnífico Robert Englund y a su creador Wes Craven.

Me despido hasta el próximo artículo esperando que os haya gustado y que no sigáis teniendo pesadillas con este gran personaje que traumatizó a infinidad de niños... Pero por si acaso, nos vemos en vuestras pesadillas.



2 comentarios:

Adolfo dijo...

Si no me equivoco, en la foto salen Tom Arnold y la que era su mujer, Roseanne Bard, de gran fama en los 90.

Mr Doc Hogan dijo...

¡Efectivamente! Como bien dices en ese tiempo eran pareja, aunque, en España al menos, el que alcanzó más fama fue Tom Arnold. Un saludo amigo.