Presentación

Amantes de mundos fantásticos, bisoños aventureros en busca de tesoros, criaturas de la noche, princesas estudiantiles y fanáticos de cachas de postín, ¡sed bienvenidos!. Invitados quedáis a rebuscar en nuestra colección de VHS, acomodar vuestras posaderas en una mullida butaca, darle al play, y disfrutar de lo bueno, lo malo y lo peor que dieron estas décadas.

ADVERTENCIA: Aquí no se escribe crítica cinematográfica (ni se pretende). Las reseñas son altamente subjetivas y el único objetivo es aprender y disfrutar del cine y, por supuesto, de vosotros.

Rambo III (1988-Peter Mc Donald )First Blood III

"No puedes evitar ser lo que eres, un soldado de pura sangre". Esta frase puede resumir de buena manera, lo que todos y todas pensamos sobre lo que Rambo es y el coronel Trautman lo definió a la perfección al principio de esta película. Por lo tanto queridos/as ochenters os presento: Rambo III
Bienvenidos a la tercera entrega de John Rambo, un héroe que en 1988 tuvo que luchar contra el John Mc Lane de La Jungla de Cristal y el Frank Dux de Bloodsport, con lo que os podéis imaginar a lo que el señor Stallone se enfrentaba con el fin de mantenerse como uno de los mejores action-man de los ochenta y doy fe, tras volver a ver esta película, que el actor italo-americano dio lo mejor de sí mismo, cosa por otra parte nada complicada, es decir, un poco más de músculo y a repartir sopapos a diestro y siniestro, acompañándolo de ese humor simple y directo que caracterizaba al soldado.
En esta ocasión, John debe acudir en una misión de rescate a Afganistán con el fin traer de vuelta al coronel Trautman y para ello recibirá la ayuda de la resistencia afgana.
Es decir, de la secuela previa a ésta, pasamos de la selva al desierto afgano (en realidad al desierto de Yuma-Arizona), es decir de un espacio cerrado, a un espacio abierto, donde las dotes de camuflaje de Rambo serán puestas a prueba.
Esta vez la acción empieza pronto, con una espectacular pelea de muay-thai en Tailandia con John de protagonista, (la cual podremos ver de manera similar el año siguiente en Kickboxer si bien sin el uso de los bastones) y donde ya podemos ver la espectacular evolución física de Stallone, remarcada especialmente en la escena en la que se ata esa mítica cinta al pelo y vemos la inmensidad de su espalda musculada ( escena parodiada por cierto en Hot Shot 2, con un Charlie Sheen mazado y que le dió un toque dulce a la escena de la pelea, en la que a su vez parodiaba Kickboxer).
Después de este primer acto, nos iremos al templo budista ( templo real en Chiang Mai, Tailandia que estaba en fase de remodelación en aquella época y que le vino muy bien al equipo de rodaje dirigido por Peter Mc Donald) donde Trautman le suelta la frase a John, que os he puesto al principio y que para mí es la esencia del personaje.
Tras esta fase ya nos meten en el meollo, es decir, nos vamos a Afganistán donde veremos el fuerte ruso donde está encerrado Richard Crenna, fuerte perteneciente a la tribu Quechuan y que estaba situado en el desierto de Yuma-Arizona y que por lo visto estaba en perfecto estado de conservación...hasta que Rambo lo hizo pedazos...porque es a partir de la hora de metraje, cuando el director deja pista libre a Stallone para que haga uso de toda la artillería pesada y nos deje clavados a los asientos durante los 45 minutos que restan hasta el final de la película.
Empezamos desde las escenas del juego de la oveja donde Sly da muestras de sus buenas dotes equinas (su caballo, era el mismo, por cierto, que montaría Indiana Jones en la Última Cruzada) y la escena es rodada con intensidad y destreza por el director, mientras a la vez nos va desvelando la llegada de los helicópteros rusos encabezados por el coronel Zaysen (interpretado por el fallecido Marc De Jonge) que van en busca de la caza de la resistencia afgana y posteriormente visionaremos el tiroteo desmesurado por parte de los rusos contra la resistencia afgana y centrando el objetivo en el sufrimiento de aquellos y en los esfuerzos de John por alcanzar el puesto de la metralleta con el fin de liquidar al menos uno de los helicópteros, objetivo que por supuesto cumple con creces.
"En la guerra hay honor, ¿dónde está aquí el honor?" le dice el jefe de la resistencia a John tras el asalto de los rusos...John es en este punto donde decide que sólo él irá al fuerte ruso con el fin de liberar al coronel, si bien contará con la ayuda del guía Moussaf que le condujo hasta la resistencia, en cierto modo como gratitud por luchar al lado de su pueblo (ojo, se intenta siempre, a la mínima oportunidad mostrar la bondad del pueblo afgano, su amabilidad, no en vano la película está dedicada a ellos).
Y llegamos a la traca final, tiroteos, explosiones a mansalva, un John Rambo en estado puro, destrozando todo a su paso en el fuerte sin dejar títere con cabeza y dejándonos secuencias de notable impacto, como aquella rodada en las cloacas del fuerte en la que un Rambo sumergido en la pozoña emerge en el momento previo a que se detone la carga que ha puesto y acribilla a los soldados soviéticos.
Pero sin duda nos quedamos con las escenas rodadas en la huida en las cuevas ( rememorando las escenas que tuvieron en la película anterior en la jungla), donde con su arco, John elimina a sus oponentes y especialmente al soldado ruso al que ahorca de la soga lanzándolo al vacío de la cueva mientras le quita ls anillas a las granadas que dicho soldado lleva...el resultado os lo podéis imaginar) y qué decir de esa escena en la que nuestro action-man cauteriza una de sus heridas con pólvora.


Al igual que en la segunda parte de la saga, nos dejan todo el arsenal para el final y nunca mejor dicho, puesto que todo el comando Spetnaz ruso parte en busca de Trautman y John, y cuando todo parece estar perdido...la resistencia afgana liderada por Massoud llega con la caballería para dar un margen a nuestros héroes...margen aprovechado por John para apoderarse de un carro de combate T-72 con el que consigue acabar con el helicóptero MI-24 HIND ( en realidad es un Puma francés al que le pusieron alas para que se pareciese al soviético) de Zaysen  y con el propio alto mando soviético.
Como toque final nos quedamos con esa frase que Crenna le dice a Sly: " Odio tener que admitirlo, pero nos estamos ablandando", irónica si tenemos en cuenta que según el libro Guinness de los records (1990) es la película más violenta rodada con 221 actos violentos y 108 muertes.
Irónicamente a diez días del estreno de la película, las tropas rusas iniciaron su retirada de Afganistán, concretamente el 15 de Mayo de 1988.
Nota Cine de los 80: 7/10

Furia silenciosa (1982, Michale Miller) Silent Rage


Cogemos nuestro “Delorean” y nos vamos al año 1982, sí el año de Naranjito, el de Sport Billy y nos trasladamos a los Estados Unidos, con ese pedazo de karateka que es Chuck Norris.

SINOPSIS:

El sheriff Dan Stevens ( Norris), debe afrontar uno de sus casos más difíciles para intentar detener a un asesino despiadado, que ha sido mejorado con años de experimentos, de modo que puede regenerarse cuando es herido.



OPINIÓN OCHENTER:

No es de las mejores de Norris, pero aún así hay que reconocerle varios aciertos.

Lo primero, es que es el debut en el cine de terror de Norris ( se vendió como un Norris vs Jason en su época), para aumentar esa dosis de terror, se escogió como asesino a un Brian Libby que interpretaba al asesino silencioso John Kirby ( bueno al principio de la película, sí habla, ya que pide ayuda al médico interpretado por Ron Silver), un asesino despiadado, como vemos ya en las primeras escenas de la película, cuando acaba con su casera a hachazo limpio, aunque esas escenas fueron cortadas en el montaje final, porque eran demasiado escabrosas, no así las escenas en las que asesina a Ron Silver ( Doctor Halman) y a Stephanie Dunnam ( Nancy Halman) en las que desata una violencia extrema, que es raro ver en el cine actual.



Así mismo su cara pétrea, inexpresiva, le confieren el carácter que se buscaba para la película, es decir el de un asesino despiadado.

Mención aparte merecen las escenas con Norris, sobre todo las finales, en las que a pesar de ser quemado, vuelve a la vida para seguir peleando contra Norris, hasta que éste por fin ( bueno por fin no, porque no lo mata) lo arroja al fondo de un pozo muy hondo.

En cuanto Norris, le diseñaron un papel para que luciese sus dotes karatekas y especialmente en la escena en la que él solo, se encarga de acabar con una docena de pandilleros moteros en un bar , el cual a modo de anécdota, era visitado por el equipo de los Texas Rangers y su rodaje fue muy elaborado, puesto que llevó cuatro días.


Para dar un toque de humor al conjunto, se le buscó a Norris como acompañante al por entonces famoso Stephen Furst( Desmadre a la americana) interpretando una variante de su personaje en dicha película, aunque sin el gracejo de aquella, si bien es de destacar su enfrentamiento con Kirby aunque el pobre saliese mal parado.

Ron Silver hace quizás para mi gusto, un papel muy flojo para los que nos tiene acostumbrados (claramente le pega mejor ser el villano, que no ser parte de los buenos), si bien su muerte es de gran impacto y la manera en la que queda colgado de la percha, con esa expresión de terror petrificada, es de lo mejorcito de la película.

CONCLUSIONES:

Si bien no es de las mejores de Norris, sí es verdad que con el paso de los años ha envejecido bastante bien y podemos empezar a ver los atisbos de la futura estrella del cine de acción de los ochenta que sería Chuck Norris.

JOSE MARÍA MOLANO


Nunca digas nunca jamás(1983, Irvin Kershner) Never Say Never Again


Año 1983, el año de guerra de los Bond. Es en este año cuando se da un hito histórico cinematográficamente hablando y no es otro que el hecho de que en pantalla van a coincidir dos películas de la saga Bond, como eran “Octopussy”, protagonizada por el Bond ochentero Roger Moore y “Nunca digas nunca jamás”, protagonizada por el mejor Bond para quien esto escribe, como era Sir Sean Connery.

En realidad “Nunca digas nunca jamás”, debería haberse titulado “Warhead”, pero a Irvin Kischner, su productor, le hizo gracia la frase que Connery le había soltado dourante el rodaje en Marruecos de “El Hombre que pudo reinar” al serle propueso volver a retomar el papel del agente doble cero: “never again, never again”.



Este hecho de que coincidiesen dos filmes de la saga a la vez, radicaba en el hecho de que Kevin Mc Clory había litigado los derechos de “Thunderball” a Ian Fleming y al conseguirlos, buscaba la manera de hacer un remake de ella.

La trama parte del robo por parte de ESPECTRA, de dos cabezas nucleares, con lo que ante el rescate exigido por la organización, el MI6 decide reactivar el programa doble cero con el fin de desbaratar los planes de la organización.

La película en sí huele a nostalgia pura y dura desde el inicio, partiendo de que quien ejerce el rol principal, es el Bond más genuino, como es Sean Connery el cual además conduce el Bentley de las novelas de Ian Fleming.


Sin embargo pronto notamos carencias, desde la ausencia de una escena pre-créditos, la falta de la melodía original y un tema principal malo de solemnidad.

A pesar de contar con un reparto notable con un Max Von Sidow ejerciendo de Blofeld, un Klaus María Brandauer ejerciendo del villano de la función, Largo y unas Bárbara Carrera como villana y una jovencísima Kim Basinguer ejerciendo de chica Bond, la película se ve lastrada por unas escenas de acción que salvo las que tienen lugar en Niza con la moto y el R-5 y las escenas acuáticas, no son de las que suelen enganchar, es más ni siquiera las que ocurren cuerpo a cuerpo son dignas de la saga.


Eso sí Bandauer, da un notable como nota en su rol de villano, con ese tono tan cínico como despiadado, marca de los mejores villanos de la saga.

En general la película pierde atractivo para todos los fans de la saga desde el principio y quizás por ello el resultado en taquilla no fue el esperado y la batalla la ganó con diferencia “Octopussy”.


Ochentesidades:

La escena de sexo con Bond en el baco fue íntegramente rodada por Carrera y Connery  ya que ésta quería saber de primera mano lo que era estar con un doble cero, según cuenta la rumorología.

Fue la última vez que veríamos a “Spectre” hasta el estreno de la película del mismo título en 2015.

El jefe de especialistas era un jovencísimo Steven Seagal, el cual rompió una costilla a Connery durante la preparación de la escena con el gigantón del spa.

Este film fue el debut en el cine de un jovencísimo Rowan Atkinson, que se haría mundialmente famosos por su papel como “Mr Bean.”

Carrera consiguió una nominación a los Globos de Oro como mejor actriz secundaria, más que merecida la verdad.

Fue la última vez que veríamos a Connery sin barba en una película y su segundo regreso a la saga tras la vuelta en “Diamantes para la Eternidad”.

Nota: 5,5.

Lo mejor: Volver a ver a Connery como 007, una Carrera descomunal y una Kim Basinguer que empezaba a despuntar.

Lo peor: No se respira el espíritu 007 desde el inicio y eso lastra la película

JOSE MARÍA MOLANO


TOM SAVINI: Rey del maquillaje de terror ochentero


Hoy mi artículo gira en torno a la figura de un currante del cine al cual admiro profundamente. No es otro que el gran Thomas Vincent Savini. Nacido el 3 de noviembre de 1946 en Pittsburgh (Estados Unidos). Se le conoce con el apodo de Duck Slayer (más adelante hablaré del porqué de ese apodo). Este buen hombre se ha desenvuelto en el mundo cinematográfico en las labores de Maquillaje, efectos especiales, actor, director y fotógrafo.

Se dio a conocer por sus trabajos con George A. Romero y por su participación en Viernes 13. Hace tiempo que se retiró del mundo del maquillaje y los efectos especiales, pero no se ha jubilado cinematográficamente. El continúa como Productor, director y actor.


Antes de trepar hasta el olimpo de los reyes del maquillaje de fantasía y terror y participar y colaborar en los inicios de las películas del género gore o splatter, Tom fue un joven inquieto con una vocación muy temprana. Según cuenta el mismo en uno de sus magníficos libros: “Mi interés por el maquillaje comenzó cuando tenía doce años, en el cine de mi barrio en Pittsburgh. Vi la película El Hombre de las Mil Caras, protagonizada por James Cagney….

Mi vida cambió de dirección aquel día. No me basta con decir que la película precipitó mi interés en el maquillaje; algo más sucedió. Mi conciencia se abrió. Aquello me enloqueció. Allí estaba yo, un chaval de doce años de Little Italy de un barrio relativamente pobre, observando a un hombre transformado en mucha gente diferente y guiando numerosas vidas a través del maquillaje y las películas. Aquello era lo mío”.

Pidió consejo a un primo suyo sobre que usaban los actores para pegarse barbas y bigotes. Él entendió mal y confundió un pegamento que usaban en teatro que se llamaba spirit gum con un chicle de menta que se llamaba spearmint gum. Y se presentó ante su querida madre con la cara recubierta de pelo y chicle para recrear a su primer licántropo mutante. Menudo primer paso dio el niño, y hasta donde llegó con el paso de los años y la persistencia por conseguir un sueño de infancia.

Como es muy perfeccionista, no quedó nada satisfecho con su “primer trabajo” y raudo se presentó en la biblioteca local para pedir prestado un libro. Ese libro no fue otro que “Stage Make-up”. Tras leerlo y con los consejos de su hermano, se dirigió a una costurería del lugar para comprar todo tipo de material de maquillaje. Compró tanto que podía haber maquillado a todo su barrio.

Mientras los demás niños de su edad, como era lógico y normal, pasaban el día en la calle jugando a todo tipo de juegos, como beísbol y demás, el joven Tom se pasaba las tardes delante del espejo, y ¿qué hacía?, ¿contemplarse?, no, para nada. Se compró unas revistas llamadas Famous Monsters of Filmland, y a lo que se dedicaba era a copiar y reproducir los monstruos que allí contemplaba. A veces embaucaba a sus amigos para que hicieran de conejillos de indias.

Pasó un  tiempo, y por allí pasó una pequeña y modesta feria ambulante que actuaban en el teatro local. Se llamaba Monstruos de Hollywood. Se mostraba a dos actores caracterizados como el Hombre Lobo y el Monstruo de Frankenstein. Había un tercer personaje, Drácula, el cual era seleccionado entre el público presente, que iban maquillados para tal ocasión. Y, como bien estáis pensando, fue Tom Savini el joven elegido. Gustó tanto que los de la compañía decidieron llevarle al resto de representaciones de la zona de Pittsburgh. Lo mejor de todo fue el sueldo, que no fue otro que grandes cantidades de Batido de Chocolate. Evidentemente los preferidos por Tom.

Pasaron los años y Tom Savini tuvo que ir a la guerra del Vietnam como fotógrafo. Esta dura experiencia acabó por servirle de inspiración para sus trabajos futuros dentro del cine de Terror. Según palabras del propio Tom: “Vietnam fue para mí una lección de anatomía. Desde Entonces, sé que he conseguido realizar un buen trabajo cuando lo que he hecho me transmite la misma sensación que las cosas que vi allí. En 1970, Tom estaba de guardia, observó que en la jungla se encendió una bengala, Savini, sin pensarlo dos veces, se puso a disparar su arma en dirección de la bengala sin informar a ningún superior. Los demás compañeros que estaban cerca también comenzaron a disparar hasta que salió un pato completamente ileso de entre las plantas. Tras este acto, Tom fue retirado de su puesto de guardia inmediatamente. Esa misma noche sufrieron un ataque el que resultaron muertos varios compañeros. Desde ese día es cuando surgió su apodo de DUCK SLAYER. (Dicen las malas lenguas que desde entonces no ha vuelto a comer pato nunca más).

Tras su paso por Vietnam, empezó su carrera en el cine. Su debut fue como actor en la película Crimen en la noche (Dead of Night) de 1972. Posteriormente comenzó una amistad y una colaboración de muchos años con el gran George A. Romero. Su primer trabajo con Romero fue en Martin (1976). Pero el trabajo en común más conocido por los amantes del terror y los fans de Savini es en Zombi( el amanecer de los muertos) en 1978. Uno de los platos fuertes y más recordados en dicha película no es otro que el estallido de una cabeza de un zombi. Tom Savini realizó este efecto usando una prótesis de yeso recubierta con latex. Dentro metió trece preservativos rellenos de sangre artificial y una extraña mezcla de manzana y maíz tostado para que pareciera masa cerebral.




Después de ese trabajo con Romero intervino en una cinta dedicada a los efectos especiales titulada Effects (1978). Su siguiente trabajo lo realizó en una película de muy bajo presupuesto, pero que con el paso de los años se ha convertido en una obra de culto, Maniac (1980). En Maniac realizó uno de sus trabajos más exitosos y recordados, se trataba de que el asesino separaba  el cuero cabelludo de sus víctimas con un cuchillo. Para este efecto realizó un falso cuero cabelludo con látex y puso vaselina en la herida, todo esto encima del cuero cabelludo auténtico de la actriz. Debajo de una peluca se ocultaron infinidad de tubos que contenían sangre artificial. La imagen del cuchillo descabellando a sus víctimas es digna de admirar.

También en 1980 trabajó en los efectos de El Despertar (The Awakening). También en ese glorioso año comenzó una de las series de películas sangrientas que más se recuerdan, Viernes 13, dónde no sólo realizó su trabajo de maquillador, también hizo de doble para alguna escena.


Entre 1980 y 1981 encadenó tres trabajos como maquillador en The burning (1980), Prowler (1981) y Los Ojos de un Extraño (1981). También continuó con su labor de actor en la película Los Caballeros de la Moto (Knightrider) en 1981.

Tras rodar con Steve Miner la segunda entrega de Viernes 13 en 1981, fue contratado para uno de sus trabajos más creativos para la película Creepshow (1982). Su trabajo más reconocido en esta película no es otro que el monstruo de La Caja.


En los años posteriores se dedicó a los efectos en y maquillaje en varias películas como  Los amantes de María (1984), Viernes 13 último capítulo (1984), Invasión USA (1985), El Día de los Muertos (1985), La Matanza de Texas II (1986), Creepshow 2 (1987),  Atracción Diabólica (1988), Red Scorpion (1989) y muchas más.

Ahora hablaré de su trabajo como director. Comenzó en 1990. Tom fue llamado Por George A. Romero, él creía que era para realizar efectos o como maquillador para una nueva versión de La Noche de los Muertos Vivientes, pero en verdad, lo que le pidió Romero es que la dirigiera.  Realizó un buen trabajo con la nueva versión en color y profundizó bastante en el tema del maquillaje.

También es digno de mencionar su amistad y colaboración con Greg Nicotero. Que no es otro que el encargado de los efectos y maquillaje de la exitosa serie The Walking Dead. Se conocieron en el rodaje de la película El Día de los Muertos. Ambos amigos aparecen en la película Abierto Hasta el amanecer. Greg, además de trabajar en la peli como maquillador tiene un cameo y coincide con Tom. En una escena Tom encarna a Sex Machine, y éste le birla una cerveza a Greg. Greg le saca una navaja y Sex Machine (Tom) le enseña en su entrepierna una pistola con forma de pene…




Tom cuenta con gracia una anécdota en el rodaje de Abierto hasta el Amanecer: “Me pasé tres días viendo bailar a Salma Hayek. Al final ella nos llamó la atención diciéndonos que dejásemos de mirarle el culo. Entonces yo le contesté; ¿y qué quieres que haga? ¡me pagan justamente para esto!”.

En 1992 se volvió a reunir con otro viejo amigo del mundillo que no era otro que Dario Argento y realizaron Trauma, una extraña y original película llena de decapitaciones.

Acabó su carrera en Carolina del Norte con una adaptación para el teatro de la obra Drácula, la cual estaba plagada de efectos, como no.





Hace algún tiempo que vive retirado de la primera línea de los efectos. Ahora se dedica más a dar charlas e incluso en su página enseña sus trucos en una particular FX School.

A título personal, si me lo permitís, es el más grande en su campo y siempre lo será. Creó escuela y sus trabajos me han hecho amar aún más el género de terror con sus escenas repletas de efectos y maquillajes, y como no, SANGRE… Un maestro del maquillaje manual. Pues nada más, este es el gran Tom Savini. Espero que vosotros, amantes del terror y del cine de los 80, hayáis disfrutado de este repaso al maestro Savini.

Para acabar o pongo sus trabajos como actor:

Hacemos Una Porno (Jenkins).

Abierto Hasta el Amanecer (Sex Machine)

El Amanecer de los Muertos (Sheriff del condado)

Creepshow (Basurero)

Creepshow 2 (The Creep)

Jóvenes Ocultos 2 (David Van Etten)

Las Ventajas de ser un Marginado (Sr. Callahan)

Los Caballeros de la Moto (Morgan)

Los Simpson temp12. (El mismo)

Machete y Machete Kills (Osiris Ampanpour)

Maniac (Ligón de coche)

Martin ( Arthur)

Planet Terror (Agente Tolo)

Policía de Acero (Roland)

Ted Bundy (Detective de Salt Lake City)

Zombi (Blades).






Benjamín Carretero Montes.

Entre pillos anda el juego (1983, John Landis) Trading Places


Si perdiera el empleo, su hogar, su prometida y sus amistades, y cayera en desgracia y fuera detenido por la policía y lo metieran en la cárcel.
Sí, como delincuente se encontraría como pez en el agua.

Los ricos hermanos Duke, Randolph (Ralph Bellamy) y Mortimer (Don Ameche), sostienen diferentes teorías acerca de la condición humana. Randolph cree que la posición social de las personas depende del ambiente en el que se hayan desarrollado,  Mortimer piensa que simplemente es cuestión de genética. Para resolver esta discusión filosófica deciden poner en práctica un experimento: hundirán en la miseria a Louis Winthorphe (Dan Aykroyd), uno de sus más fieles empleados, y lo reemplazarán por Billy Ray Valentine (Eddie Murphy), un estafador de poca monta ...


Hubo una década en la que John Landis firmó películas del calibre de Blues Brothers (1980), Un hombre lobo americano en Londres (1981) o El príncipe de Zamunda (1988). Entre pillos anda el juego - fiel traducción del original Trading Places (Lugares de comercio) - es , sin duda, comparable por su grandeza a estas. Resultó, además, un éxito en taquilla recaudando más de 90 millones de dólares con un presupuesto de 15.Y es que nos encontramos ante una gran comedia  que además rebosa crítica social, lo cual la hace aún más interesante...

Lo primero que hay que señalar es que puede considerarse una versión de la novela El príncipe y el mendigo (1881) de Mark Twain. También está inspirada en otro relato de Twain llamado El billete del millón de libras - que fue adaptado en 1954 al cine como El millonario (Ronald Neame) - y en la ópera de Mozart Las bodas de Figaro (cuya música es empleada por Elmer Berstein como un recurso narrativo). El guión fue obra de Timothy Harris y Herschel Weingrod quienes también escribieron juntos Los gemelos golpean dos veces, Poli de guardería y Space Jam.



El productor es el activista político Aaron Russo, dato muy significativo ya que nos encontramos con la primera película- cuatro años antes de Wall Street (1987, Oliver Stone) - que pone el dedo en la llaga en la Bolsa de valores desvelando situaciones como la especulación y el acceso a información "secreta" con que cuentan algunos privilegiados.
Pero no sólo la bolsa, sino el racismo, los prejuicios sociales o el eterno debate filosófico ambiente/herencia genética saldrán a la palestra en Entre pillos anda el juego. 
En este aspecto quedan bien clara la postura de los guionistas al dibujar a los ricos como unos egoístas despreciables (los hermanos Duke, el estirado Louis y su pareja y amigos) mientras que los pobres y marginales son mostrados como gente auténtica y de buen corazón. 



Landis firma una comedia de corte clásico, con alguna situación delirante como la del tren (guiño incluido a su debut El monstruo de las bananas), que mantiene un tono general comedido, muy alejado de Blues Brothers (1980) o Desmadre a la americana (1978), pero que da como resultando un conjunto muy divertido y que conjuga a la perfección entretenimiento con un rico contenido. 
En este aspecto hay que destacar las actuaciones de todos los actores principales, sencillamente brillantes en sus interpretaciones. Los hermanos Duke (Bellamy y Ameche) no pueden resultar más repulsivos, Eddie Murphy está monumental, Aykroyd logra trasladar al espectador desde el asco que produce al principio a la compasión final, Denholm Elliott (nuestro Marcus Brody de Indiana Jones y la última Cruzada) lo borda como el mayordomo Coleman y Jami Lee Curtis rebosa sensualidad y simpatía como la prostituta Ophelia (que no deja de recordarme a "Irma, la dulce" de Billy Wilder). Al respecto señalar que tanto Curtis como Elliot ganaron sendos premios a mejor actriz y actor de reparto en los 37 British Academy Film Awards.




Algunos cameos son los de Frank Oz (policía corrupto) y James Belushi. Bellamy y Ameche harían lo propio repitiendo rol de empobrecidos hermanos Duke en El príncipe de Zamunda (1988, John Landis)

Una de las mejores comedias de los ochenta. Indispensable.

GERMÁN FERNÁNDEZ JAMBRINA



Galáctica, estrella de combate (Glen A. Larson, 1978), Battlestar Galactica



Ochenters, vamos con uno de los grandes clásicos de la ciencia ficción de todos los tiempos: “Galáctica, estrella de combate”, la película-serie-franquicia creada por el reputado productor  Glen A. Larson y protagonizada en 1978 por Lorne Greene, Richard Hatch y Dirk Benedict. Hasta el estreno de “Galáctica” en la ABC en el 78, la serie del género más cara de la historia había sido la italobritánica “Espacio 1999” de 1976, pero el sueño galáctico de Larson la superó con creces (solo el episodio piloto de tres horas de duración costó ocho millones de dólares, una fortuna para la época).

EL ARGUMENTO Y LOS PERSONAJES
Una desalmada raza de robots llamados Cylones aprovecha un acuerdo de paz para atacar y destruir las doce colonias planetarias habitadas por seres humanos, a los que pillan desprevenidos. Los supervivientes tienen que escapar en transportes improvisados en torno a la única nave de combate que queda, la “Galáctica”. Su objetivo, aparte de escapar del imperio Cylon, es atravesar el espacio en busca de una decimotercera colonia de la que hablan sus leyendas: “Un brillante planeta llamado Tierra”.
Aunque los personajes, naves y planetas tienes nombres con reminiscencias griegas como Atenea, Casiopea, Apolo, Pegasus, la estética hace referencia también a la civilización egipcia, por ejemplo en los cascos de piloto o en el tercer episodio “Saga de un mundo estelar parte III”, en el que visitan un planeta con iconografía egipcia y que tiene partes rodadas en monumentos del país del Nilo.
También se ha apuntado que la historia podría tener inspiración bíblica dada la condición de mormón de Larson, en concreto en el Arca de Noe, y que la serie pudo llamarse en un principio “Adam´s Ark” (luego ese Adam, quedó en Adama, el protagonista interpretado por Lorne Greene).

En cuanto a los personajes, ya hemos mencionado al máximo protagonista, el veterano Lorne Greene, que venía de ser el patriarca de “Bonanza” y que aquí tiene un papel similar, aunque esta vez como comandante militar de la “Galáctica” y jefe de la improvisada flota de naves en fuga. Junto a él en la tripulación, sus dos hijos Apolo y Atenea (Richard Hatch y Maren Jensen), y el piloto Starbuck (un sinvergüenza de buen corazón, que interpreta Dirk Benedick, y que se debate entre dos amores, Atenea y Cassiopea, Laurette Spang ). Junto a ellos un gran elenco de jóvenes y veteranos entre los que destaca la presencia de Jane Seymour, que no quiso involucrarse en la serie completa y sólo participó en el piloto, dejando al personaje de Apolo sin su interés amoroso (luego en la serie se introduciría en ese rol a la piloto Sheba, la actriz Anne Lockhart). Mencionemos también al villano de la serie, el traidor Valtar, un magnífico John Colicos, y al niño Boxey (Noah Hathaway), que pierde a su perro en la batalla y le hacen uno robótico al que también llama Muffit.

LA PELÍCULA, LA SERIE y EL PLEITO CON STAR WARS
“Gálactica” fue proyectada inicialmente como serie por Glen A. Larson, pero con el terremoto que supuso el inesperado éxito de “La guerra de las galaxias” en 1977 y aprovechando que se había grabado con el novedoso sistema de sonido “sensorround” también fue llevada al cine para aprovechar el tirón espacial que había abierto George Lucas. Para ello se aprovechó todo lo rodado para el episodio piloto que en televisión se dividía en tres capítulos y en el que se volcaban la mayor parte de los efectos visuales que luego se reciclarían para el resto de la serie (algo muy habitual entonces). Se redujo a dos horas y Universal lo estrenó en Europa, Canadá y Japón antes de su estreno televisivo en esos lugares, y también en parte para compensarse por su elevado coste.
Inmediatamente, 20th Century Fox demandó a Universal por plagio (hay que reconocer que las similitudes son evidentes con “la guerra de las galaxias”), ambas se enzarzaron en un “si yo te copié a ti, tu copiaste a Buck Rogers o a Flash Gordon”,  y ante la perspectiva de un pleito interminable, tras un año, ambas partes desistieron y la cosa quedó en tablas.


UNA SOLA TEMPORADA
Pese a cómo iba de lanzada, la serie se quedó en una sola temporada de 24 capítulos en los que el protagonismo recae sobre todo en el trio masculino protagonista, con el toque familiar que da la presencia paternal de Adama. La nobleza de Apolo, y la frescura y el humor fácil de Starbuck, siempre con su puro medio apagado en la boca. Otros personajes cobran protagonismo en determinados capítulos, como Atenea en el incendio o Casiopea en el del aterrizaje en paracaídas, en el que los protagonistas, ellos y ellas, lucen un sugerente modelo de cuero ajustado. Hay otros capítulos con una visión trascendente e incluso uno de ellos con referencia a la Guerra Fría, tan de actualidad en la época, en el que la Galáctica debe mediar en un conflicto entre dos planetas que intentan arrasarse mutuamente con una lluvia de misiles nucleares.
Aunque en general los argumentos de los capítulos son simples y lineales, no  podemos dejar de mencionar el cuidado diseño de producción: los trajes, las armas, los cazas de combate, los famosos Vipers, y por supuesto la colosal estrella de combate Galáctica. Quizás los míticos cylones son algo toscos al ser actores grandes embutidos en corazas de metal plateado que apenas les permitían moverse.
Tras su cancelación, la serie tuvo una secuela de bajo presupuesto y muy floja conocida como “Galáctica 1980” de diez capítulos que pasó sin pena ni gloria.



CONCLUSION
A día de hoy, “Galáctica” se ha convertido en todo un clásico de la ciencia ficción televisiva y ha tenido su versión renovada en 2004 y un spin off posterior llamado “Caprika”, además de todo un universo de telefilmes, novelas (algunas escritas por el propio Richard Hatch), juegos o merchandising.

Por Víctor Sánchez González




JUEGO CINE DE LOS 80


Queridos seguidores del blogg , de la página de Facebook y del grupo, aquí os dejamos un enlace Mega de un juego muy entretenido sobre contenido ochentero. Se trata de adivinar series, dibujos, personajes y sintonías. Yo ya lo he probado y es adictivo y está genial. Está pensado, ideado y desarrollado por nuestro experto en video juegos Borja. Es un crack, ya veréis como os encanta. Un saludo a todos, el enlace es:



Benjamín Carretero Montes.